La importancia acerca de la existencia de grandes medios de comunicación que mantengan a las masas informadas no es un tema discutible en este trabajo. Considero que, en mayor o menor medida, todos somos seres hambrientos de información y, hasta cierto punto, estar al tanto de los principales hechos que se desarrollan tanto a nivel local como global es menester.
Dicho esto, quiero adentrarme en lo que nos trae en esta ocasión, sin antes exigir amablemente que se establezca una constancia reflexiva y que nos quitemos por un rato el traje de animal político, pese a la dificultad que esto representa a raíz de las fuerzas externas que impactan sobre todos. Así, sería interesante partir de la siguiente pregunta: ¿existe el altruismo informativo en los medios de comunicación? O, más sencillo, ¿todo lo que nos cuentan es verdadero y no median intereses que distorsionan la realidad?
Seguramente cada uno tenga, a priori, una postura al respecto. Centraré este análisis en tres hechos que servirán como ejemplos para el desarrollo y se publicarán en tres artículos distintos. A partir de ellos, intentaré demostrar la manera en que los grandes mass media se proponen manipular la opinión pública en pos de sus intereses.
Quienes vivan en la Argentina probablemente tengan noción de los sucesos acontecidos en el Congreso de la Nación cuando se sesionó buscando hacer ley a una nueva reforma previsional que afecta en varios aspectos a las jubilaciones. Sin entrar en la polémica ni en la puja política y moral de esta ley, considero relevante analizar la postura que tomaron los medios hegemónicos argentinos el día después de la sanción de la misma.
Portada diario La Nación, 19 de diciembre de 2017 |
Que la mayor parte de la sociedad estaba en contra de la sanción de la ley es de público conocimiento y no hace falta hacer observación alguna al respecto. De esta forma, es fácil ver que los partidos de izquierda y la oposición en general no necesitaban de la fuerza bruta para tener la aprobación de la población sobre la manifestación popular. Otra conclusión que se puede sacar es que la aplicación de la violencia y el susodicho enfrentamiento con la policía sólo podían ensuciar una protesta completamente leal y legítima, quitándole peso al reclamo y dejándolo en un segundo plano. En los grandes medios fue prácticamente imposible ver imágenes de la verdadera marcha, tanto el día de los acontecimientos como los posteriores. Los programas de televisión que cubrieron los hechos en vivo inundaron las pantallas con fragmentos de encapuchados destruyendo todo a su paso, quemando autos y librando enfrentamientos brutales con la policía. Mientras tanto, miles y miles se agolpaban pacíficamente pidiendo que no se aprobara la ley, pero ellos no fueron el centro de atención de los mass media.
Imágenes en vivo de las afueras del Congreso transmitidas por TN, 18 de diciembre de 2017 |
Asimismo, en el interior de la cámara de diputados se llevaba a cabo una larga sesión que acabaría con la aprobación de la reforma previsional, con un gobierno haciendo oídos sordos y ejerciendo represión en las calles contra su pueblo. Sin embargo, gracias al trabajo de medios dominantes, gráficos y televisivos, se logró desviar la atención pública hacia los hechos violentos, alejándola de lo verdaderamente importante que fue la pérdida de beneficios de la sociedad en general. Sólo unos pocos se habrán tomado el tiempo para buscar medios alternativos que mostraran la otra cara de lo difundido en los principales canales y diarios.
Portada diario Clarín, 19 de diciembre de 2017 |
Lo acontecido aquel 18 de diciembre es un claro ejemplo de cómo los grandes medios de comunicación pueden moldear la realidad y generar, a partir de sus imágenes, individuos pasivos hambrientos de verdades convenientes y fáciles de saciar.
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