lunes, 26 de febrero de 2018

Vimanas. Un legado de los cielos


Los vestigios que nos llegan de antiguas civilizaciones a menudo demuestran que no todo es lo que parece. Aquellas cosas que escapan a la regla supuesta no son bien vistas por los grandes medios de comunicación ni por las universidades del mundo, las cuales no hacen cátedra sobre estas cuestiones. Pero el impulso por buscar la verdad siempre fue un factor determinante en el espíritu de los hombres, movilizados constantemente por la curiosidad.
En los libros de historia usualmente se elige obviar información, o bien tergiversarla. José Luis Camacho en su libro La conspiración reptiliana y otras verdades que ignoras dice que la conspiración ha forjado el destino del ser humano, y que aquellos que son llamados «conspiracionistas» en verdad deberían ser llamados «historiadores». Y es que la historia misma del hombre se ve asaltada por conspiraciones de todo tipo, que enmarañan la realidad en pos de los intereses de algunos pocos.
La Antigüedad se ve plagada de enigmas, aunque lamentablemente no sean muy divulgados. Frecuentemente la Arqueología moderna busca cubrir con una fina capa de cemento los baches que se forman dentro de su territorio, intentando explicar con argumentos en algunas ocasiones ridículos lo inexplicable. Uno de esos enigmas es aportado por la presunta existencia de máquinas voladoras de origen hindú hace miles de años. ¿Existió una civilización avanzada que surcaba los cielos hindúes en artefactos voladores? El indicio de la presencia de dichas máquinas en el pasado es proporcionado por la antigua literatura de la India.
El famoso libro Samarangana-Sutradhara es una obra clásica escrita por el rey Dhara entre el 1000 y el 1055 d.C. que aborda temas tales como la arquitectura de casas y templos hindúes, el planeamiento urbanístico de su territorio, su escultura decorativa, su pintura artística y los mudras (gestos que consideraban sagrados realizados, generalmente, con las manos) que empleaban. Sin embargo, lo realmente curioso es el apartado dedicado a los vimanas. Y he aquí la cuestión: se entiende por vimana a una antigua máquina voladora que utilizaban los dioses hindúes para trasladarse por los cielos. En el texto que nos atañe, se dan ciertas pautas que deben seguirse para la producción de dichos transportes. Así, se indica que los mismos deben ser fabricados con un material liviano, cuya elaboración debe incorporar elementos tales como mercurio, hierro, plomo y cobre. A su vez, se especifica que estos artefactos podían volar por los aires a grandes distancias utilizando la potencia de motores de mercurio. Este elemento, que según el Samarangana-Sutradhara debía colocarse en el interior del armazón de la nave dentro de cuatro grandes contenedores de acero, se recalentaba a través de un sofisticado sistema de calefacción otorgándole al vimana el poder suficiente para propulsarse. En su interior, un viajero cómodamente sentado podía recorrer largos trechos de la manera más maravillosa en aquellos tiempos. De acuerdo con lo propuesto por el texto, siguiendo estos procedimientos se podían crear vimanas «del tamaño de un templo».
Otra importante mención a estos gigantes del cielo es la que se enmarca en el Ramayana, una de las obras más influyentes de la antigua India, cuya aparición se remonta hacia el siglo III a. C. aproximadamente. En el texto épico se describen a los vimanas como aeronaves de doble piso, cilíndricas, rodeadas de ventanas ojos de buey y con una cúpula que les sobresalía desde el extremo superior. Asimismo, se detalla que estos refinados artefactos volaban «a la velocidad del viento» produciendo «un sonido melodioso» similar a un zumbido. No sería desapropiado, teniendo en cuenta la descripción de las aeronaves traída por el Ramayana, comparar a los antiguos vimanas con el concepto moderno de platillo volador, ya que casualmente ―o no―, ambas estructuras serían sorprendentemente similares.
Platillo volador moderno que encaja a la perfección con la idea de los vimanas proporcionada por el Ramayana.
Fuente: http://matrix31-laquintacolumna.blogspot.com.ar/

Los antiguos textos hindúes también detallan que existieron cuatro tipos de vimanas diferentes. El Shakuna Vimana, el Sundara Vimana, el Rukma Vimana y el Tripura Vimana. Roberto Pinotti, reconocido sociólogo italiano e investigador en el área de la ufología, expuso que el Tripura Vimana funcionaba a través de energía solar y que su aspecto era parecido al de un dirigible moderno.

De acuerdo a sus interpretaciones, el Dr. Pinotti considera que el Vaimanika-Shaastra es el texto más antiguo en abordar la cuestión de los vimanas, si bien su veracidad es discutida hoy en día. Dicho texto revela ciertas técnicas que se deberían emplear para un correcto control de los artefactos voladores, brindando a su vez imágenes y detalles de los distintos modelos de vehículos. Presuntamente fue escrito por Subbaraya Shastry entre los años 1919 y 1923 a través de la escritura mediúmnica ―método en el cual no interviene la mente consciente y lo que se produce puede ser provocado por el inconsciente del individuo, o bien por un agente externo―. De esta manera, el autor le adjudica la producción del libro al maharashi Bhardwash, un antiguo sabio de la mitología hindú, quien mediante la intercesión de Shastry habría escrito el manual. Claro que esto es muy discutible, pero no puede negarse el hecho de que la escritura mediúmnica es un método que se utiliza y la posibilidad de que logre resultados asombrosos.
Por otro lado, cabe destacar la extraña estructura con forma de campana del Rukma Vimana, que me parece inquietantemente similar a la del enigmático Die Glocke, un artefacto desarrollado por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial que al parecer se impulsaba a través de la generación de ondas antigravitatorias.

Comparación entre el Rukma Vimana hindú y el Die Glocke alemán. Si bien las estructuras no son exactamente iguales, ambas tienen en su aspecto de campanario.
La «campana» diseñada por los nazis se alimentaba a través de dos cilindros giratorios que funcionaban a base de un nuevo combustible llamado Xerum 525, el que se estima que derivaba del mercurio, elemento que era utilizado como fuente de poder por los antiguos hindúes en sus míticos vimanas. El III Reich bien pudo haber contado con cierta información acerca de estos artefactos voladores y haberla aprovechado para satisfacer sus propios intereses, qué duda cabe. Pero estas son meras conjeturas, que por más lamentable que sea, probablemente nunca se puedan esclarecer, como tantas otras que atañen al mundo del misterio.
El Mahabharata es otro antiguo texto hindú que recopila datos sobre los hechos relativos a dioses y héroes de la antigua India, así como intenta develar el enigma de la creación del cosmos, entre otras cosas. Se estima que fue escrito hace unos 3500 años y sus historias datan de miles de años antes de su aparición. Charles Berlitz, lingüista de la Universidad de Yale y reconocido escritor de obras sobre fenómenos paranormales, indicó que en el Mahabharata se aborda el tema de los vimanas detallando instrucciones de cómo eran accionados. En su libro El Triángulo de las Bermudas cita una referencia del texto hindú sobre estas aeronaves, la cual reza que eran «carruajes de dos pisos con muchas ventanas que proyectaban llamaradas rojas y que volaban como cometas a las regiones del cielo y de las estrellas.»
Y los vimanas no representan la única herencia que nos llega de nuestros ancestros sobre máquinas aéreas. Otras evidencias, como lo es el avión de oro expuesto en el State Bank de Bogotá o los jeroglíficos de vehículos modernos del templo de Abidos en Egipto, nos demuestran que las cosas, tal y como las concibe la ciencia ortodoxa, no cierran en muchos casos. ¿Acaso existieron otras humanidades que dejaron sus vestigios en la Tierra? ¿Seres de un sitio remoto y ajeno a nuestro planeta lo visitaron y entraron en contacto con nuestros ancestros? La verdad es una cuestión de fe, y a fin de cuentas es usted quien elige qué creer. Lo único cierto a este punto es que aún queda mucho por descubrir en este mundo maravilloso plagado de misterios.
Arriba: escultura de oro de un presunto avión precolombino exhibido en Bogotá
Abajo: antiguo jeroglífico hallado en Abidos, Egipto, donde resaltan las figuras de lo que podría ser un helicóptero, un submarino, y otras aeronaves desconocidas











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